
1.868 Supresión de la Comunidad
Hay que hacer mención de que, el 13 de Diciembre de 1868, por decreto de la Junta Revolucionaria, quedó suprimida "la célebre y religiosísima Comunidad de San Pascual de Aranjuez". Con el mayor orden fueron trasladadas las religiosas al convento de Clarisas Descalzas Reales de Madrid. La llegada de la comunidad fue de inmensa alegría para las religiosas de aquel convento. Casi dos años estuvieron las monjas de Aranjuez en las Descalzas de Madrid, cumpliendo exitosamente sus deberes y

prácticas regulares, y edificando con sus ejemplos de virtud a sus hermanas las clarisas.
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1.870 El retorno.
Su retorno a Aranjuez se verificó el 27 de Octubre de 1870. La entrada de la Comunidad en este Real Sitio fue verdaderamente acogedora, los mismos que habían trabajado en su expulsión se sentían felices al volverlas a restituir de nuevo a su monasterio. A partir de entonces la Comunidad siguió morando tranquila y santamente en este Regio Convento de San Pascual, ayudándose de su trabajo para su sostenimiento, pues con el correr de los tiempos, el Real Patrimonio a cuyas rentas estaba sujeta la fundación, no las favorecía como al principio.
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1.935 Habilitación del Convento como prisión.


Sostuvo siempre una clase de niñas pobres, hasta el año 1931 en que el Gobierno republicano mandó cerrarla por completo.
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En 1935 la parte del colegio había sido habilitada como cárcel, vemos en el patio a la Madre Margarita y tapada por uno de los presos a la Madre Asunción asignadas como administradoras de la cárcel, eran las que mediaban entre los presos y sus familiares
Estas otras imágenes, de diferentes dependencias del convento, también fueron tomadas el año 1935, un año justo antes del comienzo de la Guerra Civil Española, en ellas vemos representadas diferentes dependencias del convento: la enfermería, el refectorio, la cocina, la sacristía y uno de los claustros altos concretamente el que desembocaba en la enfermería.

Enfermería del convento en 1935, una de las hermanas cuidando a una enferma

Refectorio 1935. En la mesa de enfrente se situaban las dos Madres, las cestitas que hay en las mesas son para guardar los cubiertos, las servilletas y el pan

1935, hermanas preparando la cena de un día de Pascua, la hermana de la derecha Sor María Mercedes, la de su izquierda Sor María ascensión y la siguiente a la izquierda Sor Carmencita. Al fondo a la derecha una pila de agua y a la derecha en el centro pila de agua limpia, en la pared de la derecha se ve un armario para guardar cazos, los gatos en el centro.

La Sacristía como estaba en 1935, poco ha cambiado en la actualidad

Uno de los claustro altos que va a la enfermería, en él están: La Madre Olvido, Sor Sagrario, Sor Eloísa, Sor Mercedes, Sor María Cruz, Sor Concepción y otras
1.936 La guerra civil
El día 23 de Marzo de 1936, casi tres meses antes de estallar la guerra o Movimiento Nacional, a las tres de la madrugada, tuvo que salir de incógnito la Comunidad compuesta de 33 religiosas, por orden expresa del Excelentísimo Prelado de la Diócesis, pues para dicha fecha, los ánimos de la izquierda de Aranjuez, estaban excitadísimos contra ellas y se temía, no sin fundamento, un asalto al Convento. Era entonces Abadesa la Reverenda Madre María Asunción Aisa, y Vicaria, Madre María Margarita Sanz Bernuy. A estas dos Madres les tocó durante la guerra soportar el peso y la responsabilidad de la Comunidad dispersa, unas con los familiares, otras con personas caritativas que las acogieron en sus casas y las más que se pudo, reunidas en un piso en Madrid.
En estas fechas, comenzada la guerra civil, se quemaron varias imágenes del convento, pero un precioso Cristo tallado en marfil, de una sola pieza y, de un metro de altura, gracias al celo que pusieron las hermanas Sor María Paz Puerta, Sor María Purificación y Sor María Visitación pudo salvarse al arrancarlo como pudieron de la cruz en la que estaba, no sin desprenderse los brazos y un dedo de uno de los pies por el esfuerzo que hicieron al arráncalo de la cruz y esconderlo en la clausura donde no lo pudieron encontrar y aun hoy día se conserva. Ya hablaremos de dicho Cristo más delante de esta historia.
Estas son las imágenes que fueron saqueadas e incendiadas en septiembre de 1936, en el Convento de San Pascual, durante la guerra civil.

Nuestra Señora del Tránsito. El vestido fue un regalo de la Reina Isabel II

Santo sepulcro de Nuestro Señor Jesús

Otras imágenes que también fueron incendiadas en septiembre de 1936
En aquellos aciagos días, a pesar de las situaciones difíciles que tuvieron que afrontar, siempre veló la divina Providencia por esta Comunidad, tanto en lo material como en lo espiritual. Exceptuando los primeros días de la revolución, siempre se tuvo en el piso la Santa Misa diaria y el Santísimo Sacramento reservado. Se rezaba el Oficio Divino en Comunidad y se tenía con una solemnidad relativa el Monumento y demás oficios litúrgicos de Semana Santa.
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Después de pasar muchos trabajos, sustos y sufrimientos, llego final de la guerra, año 1939. El amado convento fue ocupado inmediatamente por la Dirección General de Prisiones, aunque según decían, de una manera provisional. La Comunidad, hasta hacer las reclamaciones competentes ante el Ministerio de Justicia y Patrimonio Nacional, tuvo que reunirse en el Convento de sus queridas hermanas de Mártires Concepcionistas, que las acogieron con amor y caridad ya que las unía un lazo de verdadero cariño.
No les fue fácil recabar de la Dirección de Prisiones el desalojamiento del Convento, ya que de momento no tenían donde meter los presos. Apoyadas, no obstante, por el entonces Sr. Cura Párroco, Reverendo D. Gabriel Martínez Gutiérrez (ya fallecido), y por el Administrador del Patrimonio de Aranjuez, consiguieron que les dejaran cuatro claustros grandes con patio en el centro, y un claustro pequeño con seis celdas. Además, de la casa del capellán y la iglesia y el coro.
Dichosas de haber conquistado aunque sólo fuera un rinconcito de su monasterio, decidieron trasladarse a él aunque tuviesen que apurar el sacrificio de todas las incomodidades que se les presentaban en perspectiva.
Realizaron el traslado el día 29 de Noviembre del año 1939. Ese día constituyo para la Comunidad un triunfo apoteósico. Esta oyó la Santa Misa en la Iglesia de San Antonio, habilitada como parroquia, y desde allí, formadas las religiosas, en dos coros, y acompañadas de todas las autoridades civiles, militares y religiosas fueron procesionalmente hasta el convento. Cerraba la procesión la Reverenda Madre Abadesa María Asunción Aisa Junqueras, que llevaba en sus manos la imagencita de la Santísima Virgen del Olivo, Triunfo y Misericordia. Todo Aranjuez se volcó a la calle para acompañarlas con júbilo y regocijo inmenso.
La comunidad constaba entonces de 24 religiosas por haberse muerto algunas durante la guerra y haber quedado otras en la comunidad de Mártires Concepcionistas, que entonces sólo contaba con cinco miembros y dos postulantas, por haber martirizado a las Madres de la comunidad.
En el reducido espacio antes citado, estuvieron viviendo muchos años. Para que no vinieran otras religiosas a hacerse cargo de la Administración de la prisión, tuvieron que encargarse ellas mismas de dicho cometido, con permiso de su Excelentísimo Prelado.
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